lunes, 5 de mayo de 2014

“Me costó decirle ‘chau’ al pan francés”

Lucía sorprendió a su madre médica: “creo que soy celíaca; tengo los síntomas de mi amiga”

Día internacional del celiaco
“Mamá, ya sabemos que mi glándula tiroides funciona bien ¿me podés pedir un análisis de sangre para ver si soy celíaca...?”. La sugerencia de Lucía García dejó atónita a su progenitora, María Beatriz Puchulu, médica generalista del Centro de Salud.

- Hija ¿por qué pensás que sos celíaca...?

- Porque tengo síntomas parecidos a los de mi amiga Lara Steimberg y su mamá Verónica, las dos sufren celiaquía...

- Mmm... no lo había pensado, pero podría ser...

Para sorpresa de su familia, el análisis de sangre de la joven estudiante de Economía, de 19 años, confirmó su sospecha: sufría el trastorno digestivo producido por la intolerancia permanente al gluten.

Esto ocurrió hace un año, cuando Lucía comenzó a tener frecuentes molestias de estómago después de comer, y le aparecían unas pequeñas ronchas en el pecho. Esto la llevó a reducir la ingesta de alimentos y en poco tiempo perdió 4 kilos. “Quedé superflaca porque siempre fui delgada, nunca tuve sobrepeso... Además, todos los días me sentía cansada, débil... En casa se preocupaban y hasta llegaron a pensar que me estaba volviendo anoréxica, tema que lo charlé bastante con mi madre...”, contó Lucía a LA GACETA.

- ¿Te preguntaste por qué tu mamá no sospechó que podrías sufrir celiaquía ?

- Sí, y llegamos a la conclusión de que muy poca gente -inclusive médicos- tiene en cuenta esta enfermedad, que es vieja, pero que hace pocos años comenzó a tomar difusión. Cada vez conocemos más casos porque se diagnostica más temprano. No obstante, hay personas que la sufren y que desconocen su condición.

- ¿Cómo reaccionaste cuando el examen dio positivo?

- Al principio fue muy complicado. Yo no quería saber nada con dejar de comer pan francés, facturas, y sobre todo hamburguesas y papas fritas en McDonald’s. Me vino un bajón porque pensé que en casa yo sería la única que iba a tener que comer diferente...

- ¿Cómo resolvieron el tema de la comida?

- Tenemos una señora que nos cocina los martes y jueves para toda la semana. Ella se adaptó, aprendió a cocinar sin contaminar la preparación con otros alimentos que contienen trigo, avena, cebada o centeno (TACC). Ella sabe que no debe usar la misma olla para cocer fideos comunes y fideos sin TACC. Además, la mayoría de las veces todos comemos lo mismo... La gente cree que el celíaco tiene que hacer dieta, y no es así. Cuando comemos mal bajamos de peso porque el gluten nos hace perder la rugosidad del estómago y no podemos absorber los nutrientes. Pero una vez que empezamos a comer correctamente todos los alimentos que no contienen gluten, recobramos el peso.

- ¿Y cuando tenés una fiesta?

- Con anticipación informamos en el salón que deben preparar platos para celíacos... Ellos ya saben. Cada vez hay más concientización y más lugares públicos con meriendas y comidas para celíacos... En las vacaciones me fui a París y no tuve problemas ni en el avión ni el hotel porque avisé con antelación que sufría celiaquía. Además, en Francia y demás países de Europa hay muchos lugares para personas celíacas.

- ¿Y en la facultad?

- Si no llevo de casa algo para comer paso la mañana muerta de hambre (se ríe a carcajadas). En los quioscos no hay ningún alimento para nosotros... Pero por suerte, cuando salimos con mis amigas vamos a merendar en el bar Il Barista, de la galería La Gran Vía, o al Hotel Hilton, o a Carlos V o a Lisandro, por ejemplo. Entre nosotros nos vamos pasando el dato cuando encontramos un lugar con menú para celíacos.

Fuente: Diario La Gaceta. www.lagaceta.com.ar
Publicado el 5 de mayo de 2014

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