Hoy, fui a almorzar con mi marido a un restaurante mexicano de Puerto Madero. En todos los platos de la carta aclaran cuales son los que están elaborados con tortillas de maíz y cuales con tortillas de trigo, por tal motivo le pedí al mozo si podían elaborar mi plato sólo con tortillas de maíz porque tengo enfermedad celiaca.
Lamentablemente, y gracias a la gran responsabilidad del personal del lugar, me aclararon que todas las tortillas, incluso las de maíz, están realizadas con harina de trigo. Agradecimos la aclaración y nos fuimos a almorzar a un restaurante de la vereda de enfrente.
Con ganas de comer una picada, pregunté esperanzada si la misma podían servirla con galletas de arroz en lugar de pan, aclarando nuevamente que tengo enfermedad celíaca. Obviamente la respuesta fue “No, no tenemos”.
Como era de esperar, porque no es la primera vez que me pasa, ya tenía pensado que otra opción de plato iba a pedir.
Aprovechando que estaba el gerente, le comenté la situación y le solicité el libro de quejas/sugerencias para dejarlo asentado e intentar empezar a cambiar un poco la mentalidad.
Lo que más bronca me dio fue que, la gerente incómoda ante el reclamo, porque otros clientes escuchaban la conversación, se justificaba diciendo: “Es un tema muy difícil, complicado…”. Mi marido, muy molesto por la respuesta le dijo: “Es realmente difícil que un restaurante como este gaste tres pesos en tener disponible un paquete de galletas de arroz???!!!!”
Posiblemente a ellos les da lo mismo si yo vuelvo o no porque tienen muchísimos clientes pero la realidad es que con muy poco, con tan solo un gasto insignificante podrían satisfacer nuestras necesidades.
Entonces, yo me pregunto: porque tiene que resultarnos tan complicado ir a comer a algún lugar? Me parece que no es tan difícil aclarar en la carta cuáles son los platos aptos para celíacos y cuáles no. Porque sin esta aclaración, estamos limitados a comer siempre carne con ensalada por temor a pedir un plato que por ser más elaborado, contenga gluten como ser una salsa o fiambre o queso, entre otros.
Y esta es otra de las sugerencias que escribí en el libro de quejas, quizás porque prefiero pensar que no es mala voluntad sino falta de conocimiento sobre esta enfermedad y a lo mejor si todos empezamos a dejar esta sugerencia en los diferentes restaurantes a los que vamos, podamos ir cambiando de a poco la mentalidad y la mirada comercial.
domingo, 30 de marzo de 2008
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1 comentario:
Yo vivo en una ciudad en donde de sus casi 100.000 habit son aprox 400 celiacos. Se reunen mensualmente para poner de manifiesto sus, entre otras cosas, incomodidades a la hora de "una comida fuera de casa". Harta ya de escuchar, y no ver soluciones posibles, decidi armar la 1ra empresa de alimentos libres de gluten de mi ciudad. Hoy ya paso de aquel inicio casi 2 años, y con la poca fuerza que me queda estoy tratando de poder inscribir mis productos en la provincia de Buenos Aires. Entre nosotros, no conte con nada de todo el apoyo que dijeron me brindarian la filial de la asociacion celiaca argentina de la ciudad donde vivo, y ademas de todo, su cuerpo directivo sigue fomentando la venta de comida clandestina hay personajes que salen a vender por las casas como los que venden "plumeros".- En resumen me parece que, me equivoque de ciudad, de rubro seguro que no , al menos mis hijos me dicen eso...y esta comprobado que "DIOS le da pan (sin gluten) al que mas lo necesita..."
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