martes, 13 de noviembre de 2007

Vivir huyendo del gluten

> El 80% de los productos manufacturados no son aptos para celiacos
> Para las empresas, no es sencillo encontrar materias primas no contaminadas
> La mejora en las técnicas de detección ha permitido el avance de lo 'sin gluten'.


CRISTINA G. LUCIO
MADRID.- Cuando Dolores hace la compra, no sólo piensa en encontrar productos de calidad a buen precio o en diseñar la dieta más equilibrada para la semana. Para ella, lo fundamental es conseguir que el gluten no llegue a su despensa.
Su hijo Alberto
es celiaco, tiene una intolerancia permanente a esta proteína que contienen cereales como el trigo, la cebada, la avena o el centeno; por eso Dolores analiza cada producto antes de meterlo definitivamente en la cesta.
Pero librarse del gluten no es tarea fácil. Según datos de la Federación de Asociación de celiacos de España, el 80% de los productos manufacturados no son aptos para celiacos, y las etiquetas no siempre ayudan a saber si el alimento contiene la proteína o no.
La legislación española obliga a los productores a detallar en la etiqueta si el producto lleva gluten, pero esta normativa se refiere únicamente a los ingredientes que se han añadido deliberadamente y no contempla las posibles contaminaciones con gluten que pueden producirse – y muy frecuentemente- de forma no intencionada.
El Gobierno ha prometido un conjunto de ayudas específicas para los celiacos que, entre otras cosas, pretende mejorar y clarificar los etiquetados, pero, de momento, para estos enfermos, la compra sigue siendo un asunto delicado.
"Intento huir de todo lo procesado y elegir productos naturales y poco elaborados. Leo la composición y, si tengo dudas, no lo compro", explica Dolores, que también se ayuda de la lista de alimentos aptos que, cada año, actualiza y edita la Federación de Asociaciones de celiacos de España (FACE).


Producir sin gluten
Gullón es una de las empresas españolas cuyos productos aparecen en esta lista y una de las pocas galleteras que se ha decantado por ofrecer una línea de repostería especial para celiacos, además de mantener sus productos tradicionales.
Sus responsables reconocen que, para una empresa, librarse del gluten tampoco es fácil. "Es muy complicado conseguir materias primas con menos de 10 partes por millón de gluten, que es lo que exigimos para después garantizar que el producto terminado sea apto", explican fuentes de la compañía.
Aunque las galletas que producen se fabrican con cereales libres de gluten por naturaleza, como el arroz o el maíz, controlan cada lote, porque esas materias primas han podido contaminarse durante la molienda o, incluso, en el campo de cultivo.
También vigilan con lupa la línea de producción, para evitar cualquier problema.
Además de realizar una limpieza exhaustiva, "la primera masa de galletas sin gluten elaborada en el arranque de línea se tira por si todavía pudiera quedar algún resto de otras fabricaciones previas". Y, para finalizar, se realiza un análisis del producto terminado antes de comercializar el lote.
Sus galletas para celiacos llevan el certificado de garantía 'controlado por FACE', una denominación que la Federación de Asociaciones de Celiacos de España concede a aquellas empresas que cumplen con los requisitos establecidos sobre los niveles máximos de gluten.
Hoy en día, en nuestro país llevan este sello alrededor de 40 empresas, una cifra que ha aumentado considerablemente en los últimos años.
"Al principio, al explicar que el niño era celiaco nos miraban como si fuéramos marcianos. Ahora hay bastantes sitios que conocen la enfermedad y más productos disponibles en el supermercado", explica Dolores, que asegura haber notado un cambio en estos 10 años en los que ha convivido con la enfermedad de su hijo.


1º Parte Nota Diario El Mundo - España - 12/11/2007
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2007/11/12/medicina/1194856225.html

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